El Salón Internacional del Automóvil de Ginebra 2018 está a la vuelta de la esquina y junto al aluvión de novedades de los principales fabricantes de automóviles, no faltan en el cartel algunas compañías de reciente creación que nos prometen el oro y el moro con asombrosos superdeportivos capaces de hacernos soñar.
El último de ellos es obra de la firma china LVCHI y ha sido apodado como Venere. Se trata de un sedán de cuatro plazas cuya potencia total asciende a nada menos que 1.000 CV gracias a dos motores eléctricos, uno en cada eje, a los que se suma un paquete de baterías de iones de litio de 100 kWh.
Gracias a su deslumbrante cifra de potencia, el Venere es capaz de alcanzar los 100 km/h desde parado en menos de tres segundos, llegando a alcanzar una velocidad punta de 250 kilómetros por hora. Además, no será precisamente compacto, pues alcanza una longitud de 5.118 milímetros y su diseño es obra del Instituto de Desarrollo en Ingeniería Automotriz en Italia. El uso extensivo de fibra de carbono ayudará a garantizar que el vehículo pese unos razonables 2.100 kilogramos.