Sebastian Vettel se ha proclamado en el circuito brasileño de Interlagos campeón del mundo de Fórmula 1 por tercera vez consecutiva, siendo además el piloto más joven en lograrlo. Fernando Alonso necesitaba recuperar trece puntos en la última carrera y no ha sido posible para el de Ferrari aunque por mucho menos de lo que algunos esperaban. La lluvia que tanto se esparaba se ha hecho de rogar y ha tardado en aparecer algo más de lo que apuntaban las previsiones, pero finalmente ha hecho de las suyas y nos ha deparado una prueba tremendamente alocada.
Hamilton partía desde la pole position escoltado por su compañero de equipo Button, seguidos a continuación por los dos Red Bull de Webber y Vettel. Felipe Massa salía a continuación del alemán, con Alonso en la séptima plaza de parrilla. Una buena salida de los Ferrari invertía las tornas tras la segunda curva y dejaba a Massa y Alonso por delante de Vettel, quedando el alemán en una zona de mucho tráfico. Como consecuencia, en la tercera curva Bruno Senna impactaba con el de Red Bull haciéndolo trompear y dándonos a entender que la carrera se terminaba para él. Sin embargo, los daños en su monoplaza han sido mínimos pese a la virulencia del accidente y ha podido continuar la prueba sorprendiendo a propios y extraños.
Por delante, y mientras el campeón buscaba la remontada, el otro aspirante al título mundial era llevado en volandas por su compañero de equipo Massa, que ha hecho una labor de equipo encomiable protegiendo a Alonso en todo momento, adelantamiento a Webber incluido. Con el tiempo inestable, los cronos del español no eran todo lo buenos que se esperaban y poco a poco Vettel se acercaba a la cola del “trenecito” que iba montando.
Con el comienzo de la lluvia, ahora ya haciendo acto de presencia en serio, dos pilotos iban a destacar por encima del resto: Hulkenberg y Button. Ambos pilotos se han mantenido en pista haciendo buenos tiempos hasta dejar al cuarto clasificado en esos momentos a casi un minuto de distancia –con Hamilton tercero en terreno de nadie-, una distancia que se vería neutralizada con la entrada del safety car a pista para que los operarios limpiaran el trazado de restos de fibra de carbono que habían provocado un pinchazo en el coche de Rosberg. En la reanudación, con Vettel pegado a Alonso, quinto y cuarto respectivamente, todo parecía presagiar que la meta del asturiano estaba cada vez más lejos. Poco ha durado esa sensación, o al menos esa certeza. Nuevamente la lluvia ha puesto patas arriba la prueba, con un pit stop a destiempo de Vettel que le relegaba a posiciones traseras, sumadas a un accidente entre Hamilton y Hulkenberg que dejaba al inglés fuera de carrera y al alemán sancionado con un drive through, lo que convertía a Alonso en segundo clasificado provisional de la carrera.
A partir de ese momento, la calma se ha apoderado de Vettel, que colocado en séptima posición sabía que en esos momento era campeón del mundo pese al podio de Alonso. Por delante, un seguro como Webber por si necesitaba adelantar algún puesto más, y por detrás un Toro Rosso que para nada le iba a inquietar. El “adelantamiento” a Schumacher, por llamarlo de alguna forma, terminaba por confirmar que los esfuerzos de Ferrari iban a ser estériles. Con Vettel sexto, ante un hipotético abandono de Button que hiciera a Alonso ganador de la carrera, bastaba con que Webber se dejara pasar para que Vettel se proclamase campeón del mundo por tercera vez. Dicho abandono, de todos modos, no se ha producido, y el resultado es de sobra conocido por todos. Button gana la carrera, Alonso y Massa le acompañaron en el podio, y Vettel campeón del mundo por tercera vez consecutiva tras finalizar sexto. Al menos Ferrari ha logrado uno de sus objetivos, quedando segundo por delante de McLaren en el mundial de constructores.
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