El piloto se ha tomado unos días de descanso antes de correr en el GP de Aragón para homenajear al circuito de Terramar el más antiguo de España y el segundo de Europa. Por este motivo se subió a los mandos de un Hot Wheels a tamaño real justo antes del decisivo GP de Aragón.
La experiencia en el Autódromo de Terramar se enmarca dentro de la filosofía de Hot Wheels de crear experiencias de conducción únicas y de llevar el juguete a la vida real, como ya hizo en Indianápolis en 2011 o en Los Angeles en 2012. En ambos casos se construyeron pistas de 30 y 18 metros de altura respectivamente, inspiradas en pistas de juguetes de Hot Wheels, para batir dos récords del mundo.