A unos días de que Sébastien Loeb pueda por fin dar rienda suelta a los 875 CV del 208 T16 Pikes Peak, pilotos, máquinas y equipos se preparan mentalmente y finalizan la fase de aclimatación.
Una cima como la del Pikes Peak, con sus 4.301 metro de altitud, no es de las que pueden dominarse en la primera subida. Los pilotos y sus máquinas necesitan impregnarse progresivamente de sus relieves, sus curvas y sus innumerables trampas.
Las sesiones de pruebas propuestas por los organizadores obligan a los participantes a descubrir el recorrido por partes, ya que cada una de ellas tiene carácter propio.
La parte baja es un poco más técnica, con más curvas enlazadas. La segunda parte está compuesta por tramos muy rápidos y enlazados. Creo que ésta es la parte más complicada. Los precipicios son impresionantes y no se puede fallar.
Los últimos kilómetros, además, son muy bacheados.
Es cierto que la carretera se ha arreglado, pero sigue escondiendo un montón de trampas y hay que aprender a evitar los baches por el lado izquierdo y, en ocasiones, incluso por el derecho.
Después de un primer contacto hace dos fines de semana, esta segunda fase de pruebas sobre el terreno ha permitido al equipo Peugeot Sport confirmar que la puesta a punto del 208 T16 Pikes Peak va por buen camino.
Culminando con la carrera del domingo 30 de junio, la semana oficial de competición empezará hoy día 24
Fuente: Peugeot
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