La carrera disputada este fin de semana en el circuito de Silverstone quedará en la retina de los aficionados como uno de los más caóticos de los últimos tiempos. Fenómenos meteorológicos al margen, pocas carreras nos han deparado tantos sobresaltos en cabeza como la de hoy.
La parrilla de salida apuntaba a un duelo en cabeza entre Red Bull y Mercedes, con Ferrari y Lotus muy retrasados después de la discreta clasificación del sábado. La salida ha descartado aparentemente a Webber de la lucha por la victoria, pues un ligero toque le ha relegado a la decimoquinta posición. Por lo demás, una salida bastante limpia.
Sin embargo, en apenas doce vueltas han hecho aparición los verdaderos protagonistas de la prueba de hoy: los neumáticos Pirelli. Primero Lewis Hamilton, poco después Felipe Massa, y en el tramo final Sergio Pérez, han visto como su rueda trasera izquierda reventaba sin previo aviso, teniendo que abandonar el mexicano, y perdiendo muchas posiciones los otros dos.
Por su parte, un afortunado Fernando Alonso, se beneficiaba de estos percances para ir ganando posiciones, pero siempre muy alejado de la cabeza, que tras el incidente de Hamilton ocupaba Vettel. Cuando más plácida parecía la carrera para el alemán, apenas a una decena de vueltas del final, la caja de cambios de su monoplaza se ha roto y el coche se ha detenido en la recta de meta.
En ese momento Alonso se encontraba realizando su última parada en boxes, de donde ha salido octavo. El safety car hacía aparición justo en ese momento, marchándose de la pista a falta de seis vueltas, tiempo que ha dedicado el asturiano a adelantar uno a uno a sus cinco inmediatos predecesores, para terminar una vez más en el podio y recortar un buen puñado de puntos al líder del campeonato.
La victoria ha sido para Rosberg, segunda de la temporada, seguido de Webber tras una increíble remontada.
De la prueba debemos extraer tres conclusiones: en primer lugar, el test de Mercedes con Pirelli les ha hecho dar un salto cualitativo importante; Pirelli debe revisar urgentemente sus gomas puesto que no es normal que se desintegren en cuestión de 14 vueltas; por último, Ferrari ha tenido mucha suerte en esta carrera, pero si no mejora, la tónica general de las carreras será un distanciamiento progresivo de Red Bull.
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