El GP de Singapur se celebra en el circuito de Marina Bay y desde su entrada en el campeonato de F1 en el año 2008 es la primera prueba que se disputa de noche, aunque, de hecho, los pilotos no lo notan, pues la iluminación artificial es tan potente que a pesar del cielo oscuro, parece de día.
Es una de las pruebas más complejas para pilotos y escuderías. El clima seco y cálido hace que los equipos pongan especial atención en los sistemas de refrigeración. El trazado urbano tiene una gran cantidad de curvas, concretamente 23, lo que hace sufrir a los frenos. Además de la gran variedad que requiere la pista, los pilotos se enfrentan a una de las carreras más largas del campeonato, con casi 310 kilómetros repartidos en 61 vueltas.
Marina Bay suele ser testigo de gran cantidad de abandonos, seis de media, por lo difícil que es pilotar sobre ese asfalto. Es un circuito muy estrecho y los choques entre vehículos son bastante comunes.
El año pasado ganó Vettel, por delante de Button y Alonso (el tercer puesto le valió para mantener el liderato que, a la postre, acabaría perdiendo). De la Rosa acabó en el puesto 17. Alonso alcanzó además los 81 podios en la Fórmula 1, superando por uno al mítico tricampeón mundial Ayrton Senna.