El mundial es cosa de uno desde hace unos cuantos grandes premios, pero desde luego no se le puede quitar el mérito a Fernando Alonso que no ceja en su empeño por retrasar lo más posible la cuarta corona de Vettel. Con 150 puntos aún por repartirse, el alemán tiene una renta de 60, y aunque los tres segundos puestos consecutivos del asturiano han sido estériles tras otras tantas victorias de Vettel, el sabor de boca que se le queda a Alonso es positivo, pues con un monoplaza que no rinde como debiera, está sobreponiéndose a todos los demás rivales con maestría.
Centrándonos en la carrera de hoy, por fin el piloto de Red Bull ha tenido un gran premio con sobresaltos. En la salida ha tenido que pugnar fuerte con Rosberg, que ha llegado a colocar su coche por delante, y aunque después ha ido aumentando su ventaja como viene siendo habitual, un safety car tras accidente de Ricciardo (el que será precisamente su compañero en 2014) le ha obligado a empezar de cero una vez que se ha relanzado la carrera.
Fernando Alonso ha hecho una salida magistral, y ha pasado de séptimo a tercero en la primera curva, trazando por el exterior. Parecía imposible adelantar a Rosberg, y de hecho, en condiciones normales lo habría sido. Sin embargo, el mencionado safety car ha hecho que Alonso arriesgara y se decantara por una estrategia distinta a la de sus rivales. Pese a haber cambiado sus gomas pocas vueltas antes, Fernando ha vuelto a parar en boxes y ha montado duros para tirar hasta el final.
Esto podría haber resultado fatal si se hubiera producido un desfallecimiento de sus neumáticos en las últimas vueltas pero, por fortuna para él esto no ha ocurrido y ha podido terminar segundo. La estrategia ha sido claramente más correcta, hasta tal punto que Raikkonen, que partía decimotercero, siguiendo un plan de paradas parecido ha finalizado tercero, dejando a Rosberg fuera del podio.
La superioridad de Vettel es tan aplastante que convierte las carreras en un calco unas de otras, viéndose animadas sólo por pequeños detalles en forma de accidente o luchas puntuales en pista entre pilotos que no se juegan la victoria.
Los rivales de Red Bull ya se pueden ir despidiendo de sus aspiraciones al título. Un título que ya parece tener dueño. La cuestión ahora es si centrarse ya en la temporada que viene, o intentar mejorar para luchar por las victorias en el presente campeonato.