Hace casi 60 años que la fábrica de Volkswagen lanzó el primero de los primero de los Transporter y ahora, es la misma marca que los quiere invitar a su lugar de nacimiento para devolverles el brillo con una interesante campaña.
El 8 de marzo de 1956, la línea de montaje de la nueva planta construida por Volkswagen para fabricar el Transporter entregó sus primeras unidades; la producción en serie comenzó el 20 de abril.
Volkswagen también inició su actividad en Sudáfrica. La empresa adquirió las acciones del importador sudafricano y fundó una filial de montaje: Volkswagen of South Africa (PTY) Ltd., en Uitenhage.
El primero de los Transporter era un peso ligero: 890 kg con el depósito lleno, sin conductor y sin rueda de repuesto. Pero aun con esas cargas adicionales, el Tipo 2 (así se llamaba en oposición al Beetle, que era el Tipo 1) no llegaba a la tonelada: su tara era de 990 kg. Y su carga útil no estaba muy por debajo de ese valor: 750 kg.
Con espacio para alojar de dos a tres personas en la cabina del conductor y un volumen de 4,6 m³ en la zona de carga, el Volkswagen Transporter se caracterizaba por su agilidad y gran rapidez (al menos, para las condiciones de la época): alcanzaba una velocidad máxima sostenida de 75 km/h. De ello se encargaba su pequeño (1.131 c.c.) motor trasero que, aunque algo falto de fuelle, entregaba 18 kW (24CV) a unas comedidas 3.300 r.p.m. Este grupo propulsor no había sido concebido para entregar la máxima potencia, sino para ofrecer una fiabilidad óptima. Pero esta modestia se veía recompensada con un consumo en carretera de tan sólo 9 l/100 km y una gran durabilidad.
El T1 ha ido creciendo a lo largo de los años, por así decirlo, a medida que lo hacían sus cometidos. Hasta que fue relevado por el T2, su parabrisas dividido le permitió conservar un «rostro familiar» que guardaba cierta semejanza con el Beetle. Este parecido de familia no regresó al Transporter hasta 1996, cuando se dotó a las versiones para el transporte de personas del rostro «Happy Face» de sus hermanos pequeños.
A día de hoy, algunos T1 siguen rodando y otros, simplemente yacen en un garaje, envejeciendo y cogiendo polvo.
Ahora, Volkswagen Vehiculos Comerciales y su mítico Bulli vuelven a ser protagonistas. Durante todo el 2015 la marca alemana se mostrará más “Fiel al Original” que nunca con una potente campaña que pretende revivir el espíritu de este icono de la historia del automóvil.
El primer capítulo, sobre un total de cinco, trata de amaneceres silenciosos y atardeceres hipnóticos; de gotas de lluvia repicando sobre el capó; de vientos que se cuelan silbando por la ventana. El protagonista, cómo no, es el Transporter Kombi (icono de la generación hippie) que compró Rodrigo en Alemania hace ya 50 años y que le ha acompañado durante toda su vida, siempre fiel. Ahora, ya mayor, decide emprender un último viaje: el viaje de vuelta a los orígenes de este fiel compañero para que lo cuiden, lo mimen y le devuelvan toda su fuerza.